Además los patanes -o pastunes- fueron empleados durante siglos como soldados en el Subcontinente indio. Sin embargo, antes de la pandemia, funcionó durante años algo muy parecido a un puente aéreo entre Kabul y Nueva Delhi, para soslayar el tapón pakistaní. Sin embargo, ambas dimensiones se solapan desde hace treinta años. Contribuye a ello que el balance exterior de los años de Modi sea inequívoco: pérdida de influencia india en todos y cada uno de sus vecinos, en la misma medida que la ha ganado China. El cierre de una ruta principal para muchos vuelos a Oriente Medio y Europa probablemente sea costoso para las aerolíneas que tienen que llevar combustible adicional y realizar viajes más largos de lo habitual. La India, por su parte, reconoció la pérdida de una aeronave y la captura del piloto, y aseguró que había derribado a su vez un caza paquistaní, sin aportar pruebas. Lo que para India es altamente deseable -dispersar a Pakistán en dos frentes, negarle la «profundidad estratégica» necesaria en caso de guerra y mantener una cercanía interesante a beluchis y pastunes en armas- es mucho más que eso para Pakistán. En las última horas, los contactos se habían intensificado para lograr una solución al conflicto.
No obstante, en el conflicto afgano, los indios han segado la hierba bajo sus pies al colocar en el poder en Nueva Delhi a un partido supremacista hindú, el BJP, que vive de exacerbar las tensiones con la deprimida minoría musulmana. Dicho tramo de las Nuevas Rutas de la Seda que arranca de Xinjian, por cierto, podría contar pronto con una alternativa, a través de Afganistán e Irán, hasta el Mar Arábigo. India, que ya participa, junto a Pakistán -y ahora Irán, de pleno derecho- en la Organización de Cooperación de Shanghai encabezada por China y Rusia, podría haber encontrado un nuevo aliciente para no poner todos los huevos en la misma cesta. Irán, firmante del tratado de no proliferación nuclear, asegura que su interés en la tecnología nuclear, incluyendo el enriquecimiento, solo es para fines civiles, energéticos. Por la sencilla razón de que interfieren de manera menos directa en sus asuntos, aunque ninguno de los dos mantenga soldados sobre el terreno. Un portavoz talibán ha expresado que Cachemira está fuera de la jurisdicción afgana, aunque otro le ha replicado que tienen derecho a levantar la voz por cualquier “causa musulmana”.
El portavoz del Ministerio de Defensa de China, Ren Guoqiang, expresó sentimientos similares pidiendo moderación. La derivada de la victoria política pakistaní podría ser una conquista económica china, para mayor disgusto de India. Aunque el seguidismo de Washington en política exterior -simulando una disposición india a ejercer de contrapeso a China- podría ser revisado, a tenor de dos acontecimientos recientes. Reino Unido suma 225 armas nucleares, aunque se debate entre reacondicionar sus fuerzas o proceder al desarme definitivo. Como es sabido, aunque India forma parte de una estructura naval semejante, Quad, para contrarrestar a China en las aguas indo-pacíficas, tanto ella como Japón han sido excluidas por los tres países anglosajones de las siglas (Australia, Reino Unido y Estados Unidos) en su nueva alianza estratégica. En ellos, Afganistán no solo linda con China en el corredor de Waján, equipacion arsenal 2024 sino también con India. Ayudando a China a esquivar una vez más cualquier posible estrangulamiento en el estrecho de Malaca, en tiempo de guerra, de su flota mercante exportadora así como del suministro de hidrocarburos. La clase dirigente india deberá optar entre adaptarse a la nueva realidad o mantenerse en una realidad paralela. Los expertos creen que la humillante pérdida de territorio, mucho más creible que los informes de que la India buscaba armas nucleares, aceleró el programa nuclear pakistaní.
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