Las Naves con las Que el Imperio Español Dominó los Mares Del Mundo Durante Siglos

Estos dos bajeles fueron construidos simultáneamente en el Arsenal de la Carraca , en 1789, por el ingeniero comandante del arsenal Tómas Muñoz usando maderas selectas adecuadamente calafateadas, con un forro de cobre en el casco para aumentar la resistencia en climas diversos. No obstante, las dos horas de resistencia permitieron al fin la llegada de los refuerzos dirigidos por el San Martín, de modo que la batalla se colocó en la posición que Strozzi había querido evitar: una docena de barcos en una lucha cuerpo a cuerpo al estilo de Lepanto. A las 2 de la mañana el Warwick consigue presentar línea al navío español y tras una hora de cañoneo, una andanada del Glorioso derriba el mástil principal del buque inglés , provocando graves averías en su aparejo y obligándolo también a retirarse. Frente a él se desplegaron 10 buques enemigos, de los cuales tres eran buques de guerra: el navío Warwick de 60 cañones, la fragata Lark de 40 cañones y un bergantín de 20 cañones.

El buque insignia de Medina-Sidonia recibió 200 impactos, algunos de los cuales perforaron el casco y destrozaron los aparejos, aunque la peor parte se la llevaron el San Felipe y el San Mateo. No obstante, la situación política en España y los desperfectos del Tratado de Utrecht, hicieron que Felipe V y sus primeros sucesores se centraran en cuestiones más inmediatas. No obstante, sufrió distintas modificaciones posteriormente en los astilleros de Ferrol y Cádiz, de modo que se convirtió en el único navío del mundo que contaba con cuatro puentes, aunque nunca se logró solucionar del todo los problemas de estabilidad del buque. Tras reparar algunos daños sobre la marcha, el Glorioso reanudó la navegación y, ya en las cercanías del cabo Finisterre, el buque español se encontró con el navío Oxford de 50 cañones, la fragata Shoreham de 24 cañones y la corbeta Falcon de 14. No sin antes perder su bauprés (el palo que sirve en la proa de los barcos para asegurar los estayes del trinquete), el navío español los rechazó contundentemente, dando fondo en Corcubión (A Coruña) dos días después y cumpliendo su misión, pues allí descargó el tesoro.

En la batalla del Cabo de San Vicente (1797) , donde se enfrentaron 15 navíos de línea ingleses contra 24 españoles, estuvo cerca de irse al fondo del mar cuando, desarbolado y dispuesto a rendirse, fue salvado por el navío Infante don Pelayo bajo el mando del capitán de navío Cayetano Valdés. Después de su frustrada participación en la guerra de 1898, camiseta arsenal 2024 el Pelayo regresó a Francia para completarle las reformas que tenía pendientes. Durante la Guerra de Cuba de 1898, el Don Pelayo atravesó el Atlántico para defender Cuba y Filipinas junto a varios buques, destructores y cruceros (como el Carlos V ). A diferencia de los anticuados barcos de la Armada, este acorazado sí era temido por los mandos americanos debido a su potencia artillería; sin embargo, la flota enviada desde España para proteger las últimas colonias nunca llegó a ponerse sobre el tablero de juego. El Santísima Trinidad es uno de los buques más emblemáticos de la historia de España, conocido como « El Escorial de los mares » por la novela de Pérez Galdós . No en vano, Nelson terminó venciendo al Bucentaure y a sus escoltas, el Santísima Trinidad y el Redoutable, ante la falta de reflejos tácticos de los franceses.

Pero más allá de su tamaño y su larga trayectoria, el Santísima Trinidad es recordada por su trágico final en la batalla de Trafalgar, el 21 de octubre de 1805. Bajo las órdenes del jefe de escuadra, Baltasar Hidalgo de Cisneros , y con Francisco Javier de Uriarte y Borja como capitán de bandera, el navío de cuatro puentes luchó contra nada menos que siete navíos ingleses a la vez antes de ser capturado. En los 36 años de servicio, El Santísima Trinidad vivió tantas victorias como tropiezos. Entre sus oficiales, se incluyeron ilustres hombres como Alcalá Galiano , Cayetano Valdés y Juan Gutiérrez , además de un equipo de naturalistas formado por el botánico francés Luis Neé y el teniente Antonio Pineda y Ramírez , de la Real Guardia. En el marco de la misma guerra que vio la humillación británica en Cartagena de Indias, el Glorioso protagonizó uno de los combates más memorables de la Armada Real española al mando del capitán don Pedro Mesía de la Cerda , luego marqués de la Vega de Armijo, siendo su segundo el capitán de fragata don José de Rojas Recaño .

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