Las Naves con las Que el Imperio Español Dominó los Mares Del Mundo Durante Siglos

Si la Monarquía hispánica aguantó de pie tantos siglos, desde 1492 hasta 1898, fue precisamente porque controlaban los mares y, en varios periodos, contaron con los marinos más cualificados y las técnicas más punteras para construir barcos. El objetivo no era un nuevo continente, sino encontrar una ruta segura hasta el Pacífico. Cuando dos galeras se enfrentaban lo primero era tratar de embestirse una a la otra con el espolón a modo de cornamenta; después, si ambas sobrevivían, camisetas arsenal se entrelazaban como serpientes y convertían las cubiertas en un campo terrestre flotante donde la infantería luchaba durante horas. Sobre las cubiertas del Trinidad, sin palos, sin velas y sin defensas, fallecieron aproximadamente 200 marinos. En total, la Santa Alianza estuvo formada por una flota de 200 galeras, 100 embarcaciones de transporte y 50.000 soldados (la mayoría españoles o pagados por Felipe II ), frente a la temible fuerza musulmana, que sumaban 208 galeras, 66 galeotas y fustas y unos 25.000 soldados, entre ellos 2.500 jenízaros armados con arcabuces. Las galeras «ponentinas» o hispánicas eran superiores en el combate frente a frente a las «levantinas».

Este noble castellano de secano dirigió la Empresa inglesa con timidez y, aferrándose a las órdenes del Rey, evitó entablar combate con los ingleses. Su ejercicio en el combate no se limitó a las instrucciones de retaguardia. Desde la óptica actual resulta incomprensible que aquella pequeña nave fuera capaz de dar la vuelta al mundo, con las imperfecciones de los instrumentos y la construcción naval del periodo. Bazán se encargó de los preparativos de la Grande y Felicísima Armada , pero su prematura muerte dejó el mando sobre los hombros de Medina-Sidonia , que también se embarcó en el San Martín. ». Pronto llegaron a una isla llamada Guanahani, a la que rebautizó como San Salvador, en el archipiélago de las Bahamas. La Santa María, llamada originalmente La Gallega , era propiedad de Juan de la Cosa y fue donde embarcó Colón. Poco se sabe a ciencia cierta sobre cómo era la Victoria, aparte de que tenía la estructura artesanal de una carraca cantábrica de 85 toneladas de capacidad y 45 hombres de dotación. El marinero granadino nombró al galeón San Martín (São Martinho), de 1.000 toneladas y 40 piezas de artillería, como su capitana y se hizo acompañar de 25 galeones a una empresa que, dadas las peculiaridades del Atlántico, se desconocían hasta las reglas más básicas.

Aquellas aguas fueron la tumba del portugués, asesinado por la población local de una isla de Filipinas, así como de la mayoría de los 239 tripulantes, hasta el extremo de que solo la Victoria capitaneada por Sebastián Elcano pudo volver a España desde las Islas Molucas, bordeando el Cabo de Buena Esperanza y con los guardacostas portugueses acosándoles a sus espaldas. La Sultana embistió a La Real con tal ímpetu que el espolón alcanzó hasta la cuarta fila de remeros. El éxito en Portugal indujo a pensar a los españoles que una invasión de las Islas británicas podía realizarse fácilmente con los recursos de la época. Algunos galeones como el San Martín se entretuvieron en varios momentos para achicar agua, pero la mayoría logró volver a puertos españoles. Sin embargo, en la tarde del 17 de octubre fue atacado de nuevo a la altura del Cabo de San Vicente por cuatro fragatas corsarias, al mando del comodoro George Walker .

Sin embargo, solo uno de esos barcos, y muy pocos de esos hombres, lograron alcanzar Indonesia y regresar a España. Una oda a la superioridad militar de los soldados españoles que, sin embargo, no hace justicia la larguísima lista de gestas navales también completadas por los españoles. «A los españoles por mar los quiero ver, porque si los vemos por tierra, que San Jorge nos proteja», afirma una popular cita datada supuestamente de los tiempos de lucha entre el Imperio español y la Monarquía inglesa. El San Martín, el San Juan, el San Marcos y el San Mateo se enfrentaron a los británicos para dar tiempo a que la Armada se reorganizara. El 20 de septiembre de 1518, zarparon desde Sanlúcar de Barrameda una flota de carabelas y carracas formada por La Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago, y capitaneada por el portugués Fernando de Magallanes, que había prometido a Carlos V llegar a las Islas Molucas (Indonesia) y, con ello, camiseta arsenal 2024 regar de especias el mercado español. El único acorazado de la Armada española en el siglo XIX fue entregado por un astillero francés el 9 de septiembre de 1888 (el nombre viene de ese día, fiesta litúrgica de Ntra.


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