Por último, del mismo modo que las armas estadounidenses lograron cruzar por un precio el mismo territorio pakistaní que servía de refugio a los combatientes rivales, otra mercancía altamente lucrativa logra burlar también por arte de magia la demarcación marítima o la impenetrable frontera vallada entre India y Pakistán -que por cierto, también ha vallado ya la mayor parte de su delimitación con Afganistán. Esa línea roja se ha impuesto a un alto precio -pagado también por Pakistán, que pasó de exportador a importador de terrorismo, sobre todo entre el penúltimo año del general Pervez Musharraf y el asesinato sin cadáver de Osama bin Laden en su territorio. El precio a pagar será, también, la posibilidad de que Pakistán concentre efectivos en su frontera india y en su tercio de la disputada Cachemira. Benazir Bhutto afirmó más tarde que las bombas de Pakistán fueron almacenadas desmontadas hasta 1998, cuando la India probó seis bombas en un lapso de tres días.
Hoy se estima que Pakistán tiene un arsenal de 110 a 130 bombas nucleares. En enero se probó una versión lanzada desde submarinos, el Babur-3, que sería el sistema vector nuclear más capaz de sobrevivir de todos los sistemas de vectores pakistaníes. Como es sabido, aunque India forma parte de una estructura naval semejante, Quad, para contrarrestar a China en las aguas indo-pacíficas, tanto ella como Japón han sido excluidas por los tres países anglosajones de las siglas (Australia, Reino Unido y Estados Unidos) en su nueva alianza estratégica. EE.UU. no se queda atrás: alberga 7.700. Es el país que más dinero invierte en su arsenal (más que todos los demás países juntos) y el único en haber usado estas armas, en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. La oferta paquistaní que ha culminado en la promesa de la puesta en libertad del piloto capturado se produce en medio de una escalada militar sin precedentes en los últimos años, después de que la India asegurara haber bombardeado el martes un campamento en suelo paquistaní del grupo terrorista Jaish-e-Mohammed (JeM), que reivindicó el pasado 14 de febrero el atentado en la Cachemira india en el que murieron 42 policías. El Ejército paquistaní mostró ayer imágenes del piloto tomando té bajo custodia militar y aseguró que se encuentra en buen estado y hoy ha informado de su voluntad de ponerlo en libertad.
Nada menos que tres toneladas de heroína, valoradas en más de dos mil millones de euros, han sido decomisadas este martes en un puerto del estado indio de Guyarat, camufladas poco imaginativamente como “polvos de talco”. Hasta que esta decisión sea tomada, la armada del país mantiene 64 misiles Trident en una flota de cuatro submarinos nucleares. Diez mil soldados paquistaníes y personal de inteligencia del SPD guardan las armas. Las armas nucleares paquistaníes están bajo el control de la División de Planes Estratégicos del ejército, y se almacenan principalmente en la provincia de Punjab, lejos de la frontera noroeste con la India y de los talibanes. Luego, durante veinte años, al amparo de su arsenal nuclear, Pakistán ha boicoteado con mucha mano izquierda los planes de EE.UU. Además los patanes -o pastunes- fueron empleados durante siglos como soldados en el Subcontinente indio. Principados como Bhopal estaban en manos de dinastías afganas -es decir, pastunes- antes de la independencia. A menudo encabezadas por una mujer, equipacion arsenal de manera que cinco de los seis últimos nawabs de Bhopal fueron en realidad begums o sultanas. Una situación regional volátil – con dilemas sobre los próximos pasos a tomar en Afganistán y respecto a sus nuevos amos- que hace un par de semanas llevó a aterrizar casi simultáneamente en Nueva Delhi al director de la CIA, William Burns, y al asesor nacional de seguridad de Rusia -y exjefe de la reencarnación del KGB- Nikolai Petrushov.
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